ANDA Y ANDA

Uno de los mejores ejercicios que existen es el de andar...
Y nadie puede decir que resulta complicado...
Pero a pesar de ello, hay que corregir defectos que le restan efectividad.

A medida que cumplimos años, adquirimos “manías” al caminar, como por ejemplo:
-Cruzamos los pies y los arrastramos.
-Apoyamos, al dar el paso, primero su punta y no el talón.
-Dejamos de balancear los brazos, o adelantamos a la vez el brazo y la pierna del mismo lado.
- Perdemos la flexibilidad de las rodillas en especial.
-Y miramos al suelo y no al frente, seguramente por el miedo a las caídas.

Todos estos “defectos” tienen el efecto de generar diferentes desequilibrios, y con el tiempo, una falta de confianza en uno mismo.

¿El resultado?...
Malo, malo, porque se limitan las salidas y la pereza se adueña de nosostros.

¡Claro que podemos recuperar la marcha adecuada!...

Lo primero es obtener equilibrio a través de la mejor postura corporal...(mantener la mirada al frente).
Y levantar los pies lo suficiente!, porque de lo contrario se corre el riesgo de tropezar y caer.
Y realizar movimientos muy suaves, acompañados de pensamientos positivos...

Al cabo de un tiempo los resultados son estupendos:
-Baja el riesgo de hipertension
-Mejoran la circulación, la flexibilidad y el dinamismo.

Pero ademas aumenta la capacidad pulmonar y disminuye el el nivel de estrés, cuando se respira correctamente en la marcha...

¿Y como?...
Pues suave y profundamente.

Todos respiramos, pero no siempre lo hacemos en la forma adecuada para que nuestro organismo reciba la cantidad precisa de oxígeno.

Por eso hay que llenar los pulmones con inspiraciones, que son las que marcaran el ritmo de las espiraciones...
Por ejemplo, tomamos aire en cuatro fases y lo soltamos en otras cuatro...
O en tres, o en cinco, o en dos...
Depende de cada uno, pero siempre manteniendo un acompasamiento.

Y como ventaja añadida, nos cansaremos mucho menos.

Las caminatas deben ser de 45 minutos mínimo, a buen paso y sin paradas.